¡Buenos días! Hoy, en el POST número 11 de la Serie «Menores en Internet», hablaremos sobre uno de los temas que más preocupa a padres, madres, educadores y educadoras: ¿A qué edad debería un niño o una niña comenzar a usar la tecnología?
¿De qué debemos desconfiar?
Hoy en día, los niños y las niñas entran en contacto con la tecnología en el mismo mundo de nacer. Desde el ecógrafo hasta los esterilizadores de biberones, la tecnología nos ofrece en la actualidad un sinfin de ventajas y facilidades con las que las nuestros abuelos (y en muchos casos nuestros padres) no contaban.
¿A qué viene esto? A que, cuando hablamos de tecnología, no queremos referirnos a TODA la tecnología, sino a aquella que puede resultar nociva para los niños y niñas durante su crecimiento y maduración. Es decir, los aparatos con pantallas y conexión a Internet.

¿Dónde está el peligro?
Ya sea por el riesgo de adicción o por el potencial peligro al que se exponen al deambular sin control por el mundo virtual, cualquier contacto de un menor con un aparato con pantalla y conectado a Internet debe ser controlado en todo momento por un adulto.
Como acabamos de comentar, los principales peligros a los que se enfrenta un menor delante de una pantalla son dos:
Adicción
El modelo de negocio de las empresas tecnológicas como Apple, Google o Facebook ha cambiado mucho en los últimos años. Si antes las aplicaciones y los servicios online tenía un precio, aunque fuese bajo, ahora impera la ley del «todo gratis».

¿Esto qué quiere decir? Que estas empresas ganan dinero conociendo nuestros gustos (lo que viene siendo espiándonos sin miramiento) y poniéndonos anuncios. Lógicamente, cuanto más tiempo pasemos delante de la pantalla, más anuncios veremos.
Por eso, las aplicaciones y juegos que usamos y usan nuestros hijos y alumnos están diseñadas para mantenerles pegados a la pantalla la mayor cantidad de tiempo posible. Están pensados para generar adicción.

Timos, estafas, bullying, acoso, pornografía, miedo intenso, espionaje y otras lindezas.
Hace no muchos años, antes de Internet, uno debía preocuparse de mantenerse a salvo (y mantener a salvo a los suyos) en un solo mundo. Hoy, cualquier padre, madre, profesor o profesora tiene la labor de educar y proteger a los menores en dos mundos muy distintos: el real y el virtual.

Esto quiere decir doble trabajo. Porque cuando antes debíamos preocuparnos de que no nos robasen la cartera en el metro, ahora también de que no nos vacíe las cuentas un hacker. Si antes debíamos controlar con quién jugaban nuestros hijos en el parque o con quién salía a divertirse, ahora también con quién juegan en Internet. Si antes los abusones les acosaban en el patio o en la calle, ahora lo hacen también en las redes sociales.
Todo esto por no hablar de la pornografía, que con Internet está a un botón de distancia en cualquier momento, y otro montón de contenido que heriría la sensibilidad hasta de una piedra como pueden ser los vídeos de terror intenso, asesinatos, los vídeo clips de reggaetón o los youtubers de pacotilla que les enseñan a colocarse con productos de casa o cómo robar una moto sin que te pillen.
Entonces, ¿a qué edad pueden comenzar a usar un tablet o un móvil?
Antes de ponerse (o que los pongamos nosotros) delante de una pantalla conectada a Internet, deben saber protegerse en el mundo virtual.
Como siempre, depende de la madurez del niño o la niña y de los conocimientos que les hayamos inculcado previamente. En ningún caso deben comenzar a usar una pantalla con Internet ellos solos. Al igual que les eneñamos a montar en bici sin acabar en una zanja con la cabeza abierta, al principio debemos acompañarlos en todo momento durante su iniciación en Internet.

Se ha establecido, como convención, la edad de 14 años como la edad de madurez suficiente como para saber usar con cabeza una red social. Esa es la edad en la que, desde Kuicco, te recomendamos que tengas en cuenta en todo momento.
Si no acabas de creerlo, echa un vistazo a este artículo publicado reciéntemente en el díario EL PAÍS: Los gurús digitales crían a sus hijos sin pantallas.
A nuestro entender, antes de esa edad, ningún niño o niña debería de andar solo por Internet. Si están jugando a un juego online, debemos controlar cuánto tiempo juegan y con quién juegan. Si buscan información en Google para un trabajo del cole, debemos controlar en todo momento qué páginas visitan. Si tienen un perfil en una red social, que no debería, debemos saber en todo momento con quién hablan, qué contenido comparten y quiénes son sus amigos.
Pero, ¿cómo hago eso sin que parezca que los estoy controlando?
¡Es que tiene que parecer que los estás controlando! Como dice el juez Emilio Calatayud en una de sus muchas y fantásticas entrevistas, «tenemos que violar la privacidad de nuestros hijos». Si no sabemos a dónde van o con quién van, ¿cómo vamos protegerlos en el mundo virtual?
Esto suena a padres o educadores controladores pero, igual que es nuestro deber saber con quién salen a la calle, debemos saber con quién «salen» en Internet.

En resumen
Los niños y niñas nunca deben comenzar a usar Internet solos. Siempre deben estar acompañados de un adulto que los guíe y los enseñe a protegerse
Internet conlleva una serie de riesgos que hay que conocer antes de usar Internet. Los principales son: el peligro de adicción y el riesgo de entrar en contacto con delincuentes, acosadores o contenido que pueda herir su sensibilidad.
Se ha establecido la edad de 14 años como la edad mínima para tener un perfil en redes sociales. Antes de esta edad no es recomendable que tengan móvil o tablet propio.
Algunos consejos útiles
- Las pantallas en casa y en el centro educativo deben estar siempre en un lugar visible y controladas por los adultos.
- Los menores deben acceder a los ordenadores y dispositivos móviles con un usuario propio, cuyo sistema operativo y navegador esté dotado de control parental y restricciones de acceso, edición y contenido.
- Crea una carpeta en la barra de marcadores del navegador con las páginas que pueden visitar para que estén muy accesibles y no tengan que realizar búsquedas.
- Acompáñalos siempre que tengan que realizar una búsqueda e insiste en que no hablen con desconocidos en Internet.
- Enséñales a no compartir imágenes o vídeos que puedan comprometerles ahora o en un futuro.
- Tapa con una pegatina las cámaras «selfie» de todos los dispositivos que usen y uses.
- Enseñales a vigilar bien los permisos que conceden a las aplicaciones que descargan y a no descargar apps potencialmente peligrosas.
- Organiza charlas en el centro o acude a talleres con tus hijos en los que se hable de tecnología, pantallas, Internet, seguridad y privacidad.
Recuerda que en Kuicco te ayudamos a guardar todas las fotos y vídeos de los más peques y a compartirlas forma privada y segura sin que su imagen ni sus datos dejen rastro en Internet.
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